Separación de los padres: los primeros 3 pasos

Cuando un niño nace, no hay manera de que pueda cuidarse a sí mismo – así no funciona la naturaleza. El/la niño/a depende totalmente del adulto que le da de comer, cambia su ropa, y cuida de su salud. Por lo tanto, la madre y su hijo se fusionan, volviéndose prácticamente un único organismo. 

La mamá está sintonizada con el niño como un monitor: detecta las más mínimas fluctuaciones en su comportamiento y estado de ánimo. Este proceso se refleja incluso en el habla: la madre del bebé suele usar el pronombre “nosotros” – “comimos”, “hicimos caca”, haciendo referencia a algo que únicamente hace el niño.

Poco a poco, comienza a producirse la separación del adulto y el niño. “Nosotros” se convierte en “yo” y “él/ella”. El niño comienza a darse cuenta de sí mismo como una persona separada con sus deseos y necesidades, que pueden ser muy diferentes de las necesidades y deseos de los padres.

Este proceso se llama “separación” – la separación psicológica de mama y papa, y de la familia como un todo. Y esta es la etapa más importante de la formación de la personalidad. Normalmente comienza con el nacimiento, se vuelve una parte importante a los tres años, y finaliza al terminar la adolescencia.  

Pero esto no siempre es así.

Si la separación no se da a tiempo, entonces el adulto puede desarrollar una gran dependencia hacia sus padres y no sentirse una persona autónoma. No existe la autosuficiencia, no se construyeron los límites psicológicos, la conexión con la madre interfiere en la posibilidad de crear relaciones con otras personas, etc. 

Algunos padres tienen tanto miedo de que sus hijos se separen de ellos y se independicen (lo que significa que no serán necesitados), que sabotean este proceso de la forma que sea.  

Estas son algunas citas de distintos foros psicológicos:  

“¡Ay, estos psicólogos con su concepto de “separación”! ¿En qué se diferencian de los líderes de sectas?”.

“¡Estoy harta y cansada de escuchar hablar de la separación! ¡Qué idea estúpida! ¿Cómo podrías separarte de la persona que amas?”.

“Mientras viva, amaré y adoraré a mi hijo/a. No me importa qué edad tenga – si 4 o 40 años. Cuidaré de él/ella, le recordaré que se abrigue, y que se prepare el desayuno”.

Suena extraño, ¿no?

¿Qué pasa si te das cuenta que aún no ha sucedido la separación de tus padres?  


1. Acepta que tú y tus padres son personas distintas, con necesidades, puntos de vista, valores, gustos y elecciones distintos. 

Imagina que tu visión es -3 y tus padres tienen +4. Si te pones sus lentes, ¿qué verás? Nada, solo te dará un dolor de cabeza. Entonces, está bien ser diferente y mirar el mundo a través de tus propios lentes que se adapten a ti.

Tus padres no pueden saber qué es lo mejor para ti. No tienes que cumplir sus expectativas, ni hacerlos feliz, ni hacerte responsable por su estado emocional, ni “hacer sus sueños realidad”, etc. Eres responsable solo de ti y de tu vida. Esto no significa que debas dejar de amar a tus padres. La separación correcta no niega una conexión emocional. Simplemente no te permite fusionarte con otra persona para que puedas entender dónde terminas tú y dónde comienza la otra persona.

2. Aprende a identificar las manipulaciones paternas y maternas y resístelas. Este punto se trata de crear límites adecuados para poder respirar libremente y vivir tu vida. 

¿Tu madre te repite que si no le das nietos, la condenarás a una vejez triste? Manipulación.

¿Revisa tu ropero repetidas veces y descarta lo que para ella son cosas innecesarias, sin preguntarte? Violación de límites.

¿Tu padre te dice dónde deberías estudiar, trabajar y con quién deberías salir? Bueno, ya entiendes el punto… 

3. Haz todo lo posible para separarte física y económicamente de tus padres. De esa forma será más fácil hacerlo emocionalmente. Sí, separarse puede resultar difícil. Si aún no puedes mudarte a otro apartamento, al menos vuelve tu habitación un territorio soberano. Si es imposible ser completamente independiente financieramente, al menos intenta reducir tu grado de dependencia.

La separación es un proceso difícil, e incluso doloroso. Y cuanto más tarde suceda, más difícil se vuelve. Sin embargo, ¡los resultados valen la pena! Una vez que te hayas separado podrás comenzar a crear tus propias relaciones adultas. Y luego tu vida cambiará y mejorará.


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