Síndrome de impostor

Aunque esta condición sea llamada un síndrome, no es un diagnóstico médico. No existe tal enfermedad– la de síndrome de impostor. Sino que es una colección común de sentimientos y experiencias. 

En 1979 los psicólogos Pauline Clance y Suzanne Imes describieron este fenómeno como “una experiencia interna de fraude intelectual”. Suele sucederles a aquellos que por alguna razón no pueden aceptar ni internalizar su éxito. 

Estos son algunos signos que indican que puedes tener síndrome de impostor:

– no puedes visualizar tus logros de forma calma y feliz – como si no los merecieras;

– te parece que estás engañando a todos de una forma extraña;

– en tu opinión las personas te sobrevaloran y, en verdad, no eres especial;

– si tienes éxito en algo, se lo atribuyes a la suerte o el azar, pero no a tus esfuerzos, inteligencia, y habilidades; 

– te sientes avergonzado cuando te dicen que eres inteligente, profesional, talentoso, etc. – quieres disipar el engaño;

– te preocupa quedar “expuesto” y que todos se den cuenta que estaban equivocados contigo;

– tienes miedo y evitas cualquier situación en la que puedas ser evaluado. 

¿Esto te suena familiar? Si sí, lo sentimos. Vivir con ese tipo de miedo y ansiedad no es fácil. Y si te desvalorizas constantemente, te sentirás pequeño e insignificante de por vida. Además, si te sientes como un impostor te perderás de muchas oportunidades, porque creerás que no las mereces, que no podrás manejarlas. Y las oportunidades que pierdes pueden llevar a una vida desperdiciada. No queremos que pase eso. 

¿De dónde viene esta situación? Como casi todo en nuestra vida: de la niñez.

Los padres de Dipti siempre la consideraron menos inteligente que su segunda hija, Rashika. Creían y decían en voz alta que Rashika era muy inteligente, mientras que Dipti debería casarse lo antes posible y tener un marido que la mantenga, ya que los estudios universitarios no eran para ella. En realidad, a Dipti le iba bastante bien en la escuela aunque sus padres creían que sus profesores únicamente le daban buenas calificaciones solo por amabilidad. Luego Dipti estudió para ser doctora. Obtuvo un trabajo en una clínica prestigiosa – pero sus padres no cambiaron su opinión sobre ella. Ahora Dipti es reconocida como una gran especialista. Las personas hacen fila para obtener una consulta con ella, y esperan semanas para conseguir un turno. Pero, en el fondo, Dipti se considera una doctora mediocre, y se pregunta por qué nadie se da cuenta de eso.  


Este es el ejemplo contrario. La madre de Jared siempre dijo que él podría ser un experto en cualquier área. Y él le creía. Sin embargo, fue bastante doloroso para él cuando en la escuela secundaria descubrió que no era ni el más inteligente ni el más genial. Fue difícil para él darse cuenta, pero lo escondió de sus padres. No quería destruir la imagen idealizada que su madre se había creado. Pero él no se consideraba nada especial… simplemente alguien mediocre. 

Estos son algunos datos interesantes sobre ser un “impostor”.

• El Síndrome de Impostor puede surgir en un área, y estar ausente en otra. 

• El Síndrome de Impostor es la maldición de muchas personas realmente inteligentes y talentosas. Muchas personas famosas se consideran impostoras. Entre ellas se encuentra Albert Einstein, el astronauta americano Neil Armstrong, la actriz Jodie Foster, y el escritor Neil Gaiman.

• Las personas propensas al síndrome del impostor suelen ser perfeccionistas y neuróticas.

¿Cómo superar esta desgracia?

1. No te escondas de tus sentimientos y emociones; cuanto más te aleje de ellos, más rápido te alcanzarán y te hundirán. Compartir tus sentimientos es de gran ayuda. Además, de esta forma podrás entender que no eres el único que experimenta esto. 

2. La experiencia de la impostura surge de nuestra parte emocional, por lo que debemos luchar contra esto utilizando nuestra parte racional. Cuando los sentimientos de autodesprecio te abrumen, recuerda cuáles son tus logros reales: haber obtenido una medalla, graduarte con honores, completar un proyecto exitosamente, tener clientes agradecidos, etc. Crea una carpeta y recopila pruebas de tus éxitos.

3. Trabaja en tus creencias. Escribe todo lo que se te venga a la mente: “Solo tengo suerte, y es por eso que las cosas me funcionan”, “Cualquiera puede hacer lo que yo hago”, “No merezco estas palabras/reconocimientos/regalos”. Reemplázalas con lo opuesto. Escríbelo para que tu cerebro perciba y asimile mejor la información. 

4. Recuérdate que tienes derecho a cometer errores. Las personas con síndrome de impostor no se permiten este lujo. 

Si se te dificulta tratar con esto por tu cuenta, deberías buscar ayuda por parte de un especialista.


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