Quizás todo se resuelva solo…

Todos sabemos que si tienes un dolor de diente, tienes que ir al dentista. Cuando un grifo tiene una pérdida, llamamos a un plomero. cuando planeamos un viaje, llamamos a un agente de viaje. Y no nos parece extraño llamar a una empresa de limpieza si no tenemos la energía o el tiempo de limpiar nuestra casa. Pero nos parece complejo pedir ayuda psicológica cuando nos surge la necesidad de hacerlo. 

Esto sucede en parte porque no es fácil entender qué problemas puedes Es como en medicina: si tenemos mocos, sabemos que hacer, en principio, aunque no hayamos estudiado medicina. Pero, en caso de tener apendicitis, necesitamos llamar a una ambulancia de inmediato o ir al hospital porque únicamente un cirujano puede resolver este problema. Un retraso en estos casos es equivalente al suicidio. Y la esperanza de que “las cosas se arreglen por sí mismas” es un pensamiento peligroso. 

En el caso de la ayuda psicológica es lo mismo. Hay dificultades de la vida que pueden ser resueltas sin ayuda externa, y hay algunas que necesitan de la intervención de un psicólogo o psiquiatra. En estas situaciones, la mayoría de las veces no existe un peligro de muerte. Pero algunos problemas reducen tanto la calidad de vida que se vuele muy molesto. ¡Debes saber que puedes deshacerte de ellos!

Nos sentimos especialmente mal cuando una consulta oportuna con un especialista podría ayudar a resolver un problema que una persona consideró irresoluble y sufrió durante años, acostumbrándose a la idea de que no había nada que hacer al respecto… ☹

Ally fue violada por un ex compañero de clases cuando tenía 17 años. No buscó ayuda médica ni psicológica, pensando que podía manejar la situación por su cuenta. Ahora tiene 33 años y jamás ha tenido una relación con un hombre porque les tiene muchísimo miedo. Ally ha vivido con sus problemas de confianza, el miedo al contacto físico, la ansiedad, los flashbacks durante los últimos 16 años. ¡16 años! Esta año visitó a un psicólogo y comenzó a trabajar en su TEPT. Apenas unos meses después comenzó a notar cambios positivos. Y recientemente Ally lloró durante la sesión porque se dio cuenta que perdió tantos años de su vida. Estos logros podrían haber sucedido tanto tiempo atrás… 

Así que, DEBES consultar con un especialista si sientes que:

○ No puedes afrontar la situación, lo que sea que eso signifique. 

○ Las enfermedades psicosomáticas han aumentado: te sientes mal, tu salud está “derrumbándose”, y ningún doctor encuentra el por qué.

○ Ha ocurrido una situación en tu vida que va más allá de la experiencia humana normal: violencia, trauma, experimentar un desastre natural, etc.


○ Vives con un sentimiento crónico de culpa, vergüenza, ansiedad intense, celos, u otros sentimientos complejos.  

○ Tienes pensamientos suicidas, depresión, apatía. Es decir, si no puedes manejar tu estado emocional. 

○ Tienes adicciones: alcohol, drogas, apuestas, adicción al trabajo, al sexo, etc.

○ Has adquirido comportamientos riesgosos que no son típicos de ti: conducir excesivamente rápido, sexo sin protección, autolesión, participación en proyectos de aventura, deportes y entretenimiento potencialmente traumáticos. Estos comportamientos extremos son intentos suicidas.

○ Tienes trastornos alimenticios, incluyendo anorexia, bulimia, y cambios abruptos en tus hábitos de comida.

○ Tu vida es un círculo que se repite: tus relaciones se desarrollan siguiendo un mismo patrón negativo, te rodeas de personas “idiotas”, todos te decepcionan y te traicionan, no te respetan en tu trabajo, y cuando renuncias y encuentras un nuevo trabajo sucede lo mismo, etc. 

○ Tienes problemas con los límites personales: no sabes decir que “no”, las personas suelen usarte, sientes que le debes algo a todo el mundo, etc. 

No podemos hacer una lista de absolutamente todo. Lo principal es: te sucede algo que se ha salido de control, que es incomprensible, y que te hace infeliz. 

¿Por qué no puedes resolverlo por tu cuenta? Porque nuestras barreras internas en forma de defense psicológica no nos permiten entender las razones por las que suceden las cosas y, por lo tanto, resolverlo sin ayuda externa.

Cuándo no es necesario que contactes a un psicólogo:

– si sientes que todo es malo, pero entiendes las razones por las que te sucede eso y sabes qué hacer al respecto;

– tienes una red de contención social poderosa (familia, amigos);

– aunque haya sucedido algo malo, sientes que hay una dinámica positiva en tu estado emocional. 

– hay problemas en tu relación, pero tú y tu pareja se escuchan y están intentando solucionar las cosas;  

– crees que puedes tratar las dificultades y hacer intentos para mejorar tu situación de vida. 

Y por último, amigos, no tengan de miedo de pedir ayuda. Es algo normal, y no hay nada malo en hacerlo. Lo que sí está mal es no intentar ayudarte a ti mismo a estar mejor.


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