Cómo aprender a pedir ayuda

Hay muchas otras personas en el mundo a nuestro alrededor, e interactuamos constantemente con ellos. Pedir ayuda es un acto natural y simple porque somos seres sociales – y juntos podremos alcanzar mucho más de lo que alcanzaríamos solos por nuestra cuenta. Además de esto, por un gran número de personas, se vuelve un acto difícil e imposible, a veces. ¿Por qué es así?

1. “Hola” desde la niñez.

Gregory continua una dinastía militar. Su padre es un coronel, y su abuelo es un general. Fue educado con disciplina y dureza: sin emociones, los niños no lloran, ¡eres un futuro guerrero! Tienes que manejarte por ti mismo – de otra forma, ¡no eres un hombre, sino un muñeco de trapo! Ahora Gregory tiene 30 años. Nunca pide ayuda, ni siquiera cuando está en necesidad de ello. Vino al psicólogo después de que casi muere de apendicitis porque no le dijo a nadie que tenía dolor de estómago y trató de sobrellevarlo por su cuenta.

Y los padres de Sujatha no prestaron atención al hecho de que ella necesitaba cosas: usaba una campera vieja, zapatos que no estén de moda, y una cartera que su amiga le había regalado. Cuando Sujatha, de quince años, les insinuó a sus padres que necesitaba una chaqueta nueva porque la actual estaba muy vieja, y estaba remendada, sus padres se burlaron de ella. Dijeron que no importa lo que llevara puesto. 

Para Gregory pedir ayuda es declararse públicamente debilucho, lo que destruye la imagen de sí mismo de fuerte y valiente. Y Sujatha desarrolla una reacción defensiva: no voy a pedir ayuda, lo haré yo mismo. 

2. Creencias y actitudes. 

“Solo los mendigos piden ayuda”, “Somos orgullosos”, “Si preguntas ahora, pagarás el doble después”, “Tienes que tratar las cosas por ti mismo”. 

Las actitudes son un plan interno poderoso que influencia todas nuestras interacciones. Y, al mismo tiempo, no nos damos cuenta cuánto nos afecta. 

3. Problemas con el autoestima y la autoimagen.

Una persona que piensa de sí mismo “algo está mal conmigo” no puede pedir ayuda porque está seguro de que no tiene derecho a pedirle tiempo (dinero, esfuerzo) al otro. Esa persona tolerará cualquier inconveniente, únicamente para no pedirle algo al otro. 

4. Arrogancia y autoimportancia.

“¿Quién, yo? ¿Pedir ayuda? Yo soy mejor que todo el resto. ¡Sería tan humillante!” La persona percibe que pedir ayuda muestra vulnerabilidad de su parte, por lo tanto está fuera de la pregunta.

5. El miedo a ser dependiente.

Si una persona tiene un complejo o autosuficiencia, autonomía hipertrofiada y aislamiento, también se vuelve imposible pedir ayuda. Y, aunque la independencia absoluta es más un mito, estas personas tienen miedo de admitir que pueden necesitar algo o alguien.

Para resumir hay muchas razones por las cuales es difícil pedir ayuda. Es importante encontrar tu causa fundamental porque el plan de acción depende de ello. 


¿Cómo arreglar este problema?

1. Encontrar la razón – qué hace que tengas miedo a pedir ayuda. Las siguientes preguntas pueden ayudar con esto:  

– ¿Es difícil preguntar en general, o preguntarle a una persona en específico?

– ¿Fue siempre difícil o es algo nuevo/reciente?

– ¿Cómo te sientes pidiéndole ayuda a otras personas? ¿Esto quiere decir que estas personas son incapaces, o es normal, o es una manifestación de transparencia?

– ¿Qué es lo que me da miedo? ¿Que alguien se niegue o acepte ayudarte?

– ¿Cuál fue la actitud hacia ayudar en tu familia?

2. Aprende a decir “no”.

Curiosamente, si una persona no sabe cómo decir “no”, tiene miedo a preguntar. Puede parecerles que la otra persona solo acepta ayudar porque no puede negarse, no porque quiera ayudar. En consecuencia, si aprendes a decir “no”, comprenderás que cualquiera puede hacerlo.

3. Reconoce que pedir ayuda muestra la confianza que tienes en el otro.  

Muchas veces ayudamos con gusto a los demás porque nos permite darnos cuenta de nuestros buenos sentimientos. Incluso comenzamos a tratar de manera diferente a aquellos a quienes ayudamos: más cálidos. ¿Qué pasa si al pedir ayuda le está dando a otras personas la oportunidad de darse cuenta de los mismos sentimientos?

4. Práctica.

Sí, sí, esta es una habilidad. Y cualquier habilidad está formada de múltiples repeticiones de la misma acción. Si todos los días (o al menos con regularidad) recurres a alguien con una pequeña solicitud, ejercitas esta habilidad y mejoras.

Y lo más importante: Poder pedir ayuda es importante. No es un capricho, ni una admisión a tus debilidades, sino una habilidad necesaria para mejorar tu vida.


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