Opciones para dividir las responsabilidades domésticas

Las diferentes parejas que viven juntas comparten las responsabilidades domésticas de diferentes formas. Esto aplica a crear un presupuesto u otras problemáticas que puedan enfrentar las parejas. No hay reglas universales, pero algunas parejas pueden sentirse tentadas a “tomar” las reglas de alguien para ellos mismos.

Durante mucho tiempo en muchas culturas ha habido una creencia predominante de que hay tareas domésticas “masculinas” y “femeninas”. Como regla, la mujer tiene que ocuparse de la mayoría de estas: la limpieza, el lavado de ropa, planchar, cocinar, y cuidar de los hijos. Además de eso, la mayoría de las mujeres han trabajado fuera de su casa y se van y vuelven a su casa en el mismo horario que sus maridos. en cuanto a los hombres, sus tareas siempre han sido tareas “de hombre”: arreglar cosas en la casa, colocar muebles y sacar la basura. No hay dudas de que en estas circunstancias la mujer se sentiría cansada, irritada, y exhausta. Esta labor “invisible” consumirá su energía y su vida ya que no tienen ni el tiempo ni los recursos para disfrutarlo. 

Debby no quiso casarse durante mucho tiempo luego de haber observado a su madre, que vivía constantemente cansada. Ella estaba segura de que no había otras opciones disponibles y eso la asustaba. Cuando compartió sus preocupaciones con Paul, con quien había estado saliendo por más de un año, él se sorprendió. En su familia, la persona que estaba disponible era quien llevaba a cabo las tareas – no había roles de género.  

Hoy en día, las personas que tienen más opciones respecto de cómo dividir las tareas del hogar. Ambas partes de la pareja están más abiertas a las distintas formas de dividir estas tareas. 

Algunas parejas lo dividen 50-50: calculan la división aproximada de trabajo y la implementan. Claro que este enfoque tiene sus plus porque todo es “justo”. Sin embargo, también hay cosas malas: algunas parejas se enfocan demasiado en “calcular” la distribución justa de cada persona y esto no promueve el entendimiento mutuo. Además, este modelo no toma en cuenta las circunstancias que pueden cambiar día a día.  

Hoy en día, una persona puede estar sobrecargada de tareas, mientras que otra tiene un día libre – en este caso el modelo 50-50 no se ve muy justo.

Hay otro enfoque que es más flexible… Podemos llamarlo “la persona disponible hace la tarea” – así es como funcionaban las cosas en la familia de Paul. Para muchas personas, este enfoque es bastante conveniente. Puedes tomarlo en cuenta para que la dinámica de tu pareja funcione mejor. 


Courtney no tolera cocinar, pero su esposo Dimitrios ama hacerlo. La mamá de Courtney solía decirle a ella que esto no es normal: si la esposa no cocina, ningún esposo puede ser feliz. Pero Dimitrios y Courtney decidieron que la cocina es su trabajo, y Courtney lavará los platos y limpiará la cocina. Para muchas personas (incluyendo a Dimitrios) estas tareas son tediosas, pero son casi relajantes para Courtney, y la ayuda a mantener la calma. 

Otra opción que funciona bien es “hacemos todo juntos”. Si tenemos que limpiar el departamento – lo hacemos juntos, y si tenemos que vaciar el lavaplatos – tomo los platos y mi pareja los seca y los coloca en los estantes. Y nadie se molestará porque una persona haga más o menos trabajo.  

Puedes crear una lista de tareas del hogar y asignárselas entre ustedes.  Hay apps especiales para esto, u otra opción que puedes usar es una pizarra o una hoja que quedé pegada en la puerta de la heladera. Cualquier medio cumplirá con la tarea. 

No hay una única fórmula “correcta” de la división de las responsabilidades: todos somos diferentes. La única forma es discutir la situación (que puede cambiar), tus expectativas, y otras circunstancias relevantes.

Para resumir, lo primero que debes hacer al dividir las responsabilidades es eliminar todos tus estereotipos. No existe el “debe ser así” o “mis padres lo hicieron así, por lo tanto yo también debería hacerlo”. Debes escoger el enfoque que te funcione a ti.

Segundo. Debes ser flexible. A veces, o tú o tu pareja no pueden realizar determinada tarea en el día porque ambos se están preparando para una presentación o un informe laboral, o porque están enfermos o tienen dificultades emocionales… Claro que en esta caso las parejas deben comunicarse el uno con el otro y poder escucharse.

Y, en tercer lugar, – tienes que aprender a negociar. No hay forma de negociar, si no es “diciendo lo que piensas”. En cuanto a las reglas… Solo sirven esas reglas que ambos establecen.


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