No puedo comer cuando estoy estresado

Todos reaccionamos de manera diferente al estrés. Pero siempre afecta a nuestras funciones fisiológicas: el sueño, el apetito o la libido.

En situaciones estresantes, tu apetito puede aumentar altamente o, por el contrario, casi desaparecer. Hoy hablaremos de esto último. Si no quieres comer nada, probablemente tu cuerpo se esté preparando para luchar contra los eventos externos. Está tenso y enrollado. Cuando la situación se percibe como peligrosa, el cuerpo redistribuye sus recursos. La digestión de los alimentos se ve como un proceso que dificulta luchar o huir, por lo que la función “Quiero comer” se desactiva como “innecesaria”.

Pero es importante saber que debes comer porque sin nutrientes, tu estado empeorará aún más.

¿Cómo hacerlo?

○ Establece un recordatorio en tu celular porque, de otra forma, te olvidarás de comer. Escucharás la señal y comerás algo. Aunque sea poco: una cucharada de queso cottage es mejor que nada.

○ Come poco a poco, sin apetito, en pequeñas porciones, cada 2-3 horas. Asegúrate de comer algo que contenga proteínas y carbohidratos complejos. 

○ Ten una barra proteica o bolsa de frutos secos en tu cartera, ya que tu cuerpo necesita glucosa.  

○ Bebe agua. Siempre debes tener una botella de agua contigo. Debes beber agua para que el balance de agua en tu cuerpo no esté alterado.


○ Si la idea de la comida te repugna, háblate a ti mismo, como si hablaras con un niño: “Una cucharada más, y eso es todo. Ten paciencia, querida. Necesitas comida para mantenerte fuerte”.

○ Haz un mínimo de actividad física. No debe ser un deporte activo, ya que no es el momento para hacerlo: ejercicio simple o camínate es suficiente. Esto te ayudará a recuperar tu apetito.

○ Toma vitaminas.

○ Es necesario reducir el nivel de ansiedad: las técnicas de respiración ayudarán (ver nuestra sección de Psicosutra), la relajación muscular según Jacobson y las técnicas de conexión a tierra. Cuando el sistema nervioso se calme, tu apetito volverá.

La pérdida de apetito no es una enfermedad, es un síntoma que indica que tu cuerpo está trabajando en modo de emergencia. Es necesario que lo ayudes cumpliendo las necesidades básicas vitales: alimento y sueño. Será más simple tratar con el estrés así.


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