¿Confianza o ingenuidad?

Muchos conceptos en nuestras vidas parecen similares. Por ejemplo, no siempre es fácil encontrar los límites entre la terquedad, la perseverancia y la obstinación. O entre orgullo y vanidad. O entre la confianza en uno mismo y la arrogancia. La misma confusión surge a menudo con los conceptos de confianza e ingenuidad. Y esto provoca malentendidos, porque si la confianza tiene alguna característica positiva, entonces la ingenuidad queda envuelta en un velo de cierta “estupidez” e inmadurez.

La ingenuidad es inherente a los niños pequeños. Y esto es natural porque todavía no pueden desenvolverse en un mundo en constante cambio. Los ojos bien abiertos son su única forma posible de interactuar con él. Pero ya en la edad escolar, los niños aprenden a analizar la información entrante y sacar conclusiones, determinando si es correcta o no vale la pena creerla.

La ingenuidad en los adultos, por otro lado, insinúa infantilismo.

Vamos a averiguar qué es qué.

1. La ingenuidad implica tener gafas de color rosa como opción predeterminada. No estoy siendo selectivo, pero por el motivo que sea, que solo yo conozco, espero que todo salga por el camino que me conviene. La ingenuidad no tiene fundamento. Es efímera y sin razón. La confianza es una elección. Elijo confiar en cierta persona y tengo buenas razones para ello.

2. La ingenuidad no se basa en experiencias pasadas. No estás prestando atención a las señales de advertencia porque crees que todo estará bien. La ingenuidad te obliga a ignorar el hecho de que la última vez, en circunstancias similares, caíste en una trampa. Igual que la vez anterior. Pero vuelves a tomar el mismo camino olvidándote de eso – ¡qué tal la tercera sea la vencida!

El colega de Ally siempre le pide dinero prestado y… alegremente se le olvida regresarlo. Pero Ally le presta dinero, una y otra vez, con la esperanza de que esta vez sea diferente – ¡él debe saber que es necesario devolver el dinero! Esto es definitivamente ingenuidad.

La confianza no funciona así. Confiamos en alguien basándonos en una combinación de varios factores.

Sujatha ha estado trabajando con Donald durante un año y sabe con certeza que puede confiar en él porque lo ha demostrado repetidamente siendo confiable y cumpliendo todos los compromisos. Ella se siente cómoda y segura con él. Esto es confianza.


3. La confianza es una fuerza creativa – un espacio que se examina y analiza. La ingenuidad es un campo en el que puedes adentrarte en el barro, caer en un pantano o encontrarte en un callejón sin salida.

4. Sí, puedes cometer errores no solo si eres una persona ingenua. La confianza también puede romperse. 

Pero la ingenuidad es un hábito para subestimar la situación y no responsabilizarse de todo lo que está sucediendo. Mientras la confianza es justo lo contrario – es asumir la responsabilidad de creer en otra persona y estar listo para correr el riesgo, aunque no tengas una garantía del 100% (nunca la tendrás en este mundo).

5. Confiamos en personas a las que conocemos bien, mientras que la ingenuidad es omnipresente y se aplica a todos. Una persona ingenua confía en todos porque piensa que una persona con un rostro tan amable no puede estar mintiendo, y la crema que promueve la actriz favorita no puede ser mala. ¿Por qué? ¡Porque yo creo en eso!

6. La ingenuidad es acusatoria y egocéntrica. “¡Pensé que harías esto! ¿Cómo no pudiste hacer esto? “Al mismo tiempo, es posible que la otra persona ni siquiera tenga la menor idea de que se espera cierto comportamiento de ella. La confianza no traspasa los límites de otra persona – es inteligente y no exige nada.

Si juzgas mal una y otra vez a las personas, las historias y las situaciones, comprueba si la ingenuidad te guía en una relación. La confianza es un valor selectivo y la ingenuidad es una historia completamente diferente…


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